jueves, 13 de noviembre de 2014

Lecturas de Ciencias I

Equivocarse es bueno para la memoria




“Errar es humano, perdonar es divino, rectificar es de sabios”, decía el poetaAlexander Pope. Quizá errar sea también de sabios. Según un equipo de investigadores de la Fundación Baycrest de Toronto (Canadá) que ha realizado un estudio sobre la conexión entre el aprendizaje, la memoria y el conocimiento, ha concluido que cometer errores en el proceso de aprendizaje puede beneficiar a la memoria pero sólo si nuestras réplicas se aproximan a la respuesta correcta y no son respuestas meramente aleatorias.

Para llegar a esta conclusión los investigadores contaron con la participación de 65 adultos jóvenes sanos con una edad media de 22 años y con 64 adultos mayores sanos con una media de edad de 72 años. Los participantes aprendieron palabras basadas en la categoría semántica a la que pertenecían ciertos objetos (rosa, flor), añadiéndoles la respuesta correcta de inmediato. Además, también tuvieron que relacionar esas palabras con la similitud léxica de otras (por ejemplo: pera, pares)Más tarde, llegó la prueba de memoria. Los investigadores mostraban imágenes de los objetos previamente aprendidos y los participantes tenían que resolver de qué se trataba, esto es, si lo recordaban con claridad. Descubrieron que si el aprendizaje se había basado en categorías de palabras, recuperaban con más facilidad la respuesta que si se trataba de similitudes léxicas.

Según los investigadores, esto se produce porque nuestra memoria organiza la información en base a la forma, a la conceptualización de ese dato. Así, era más natural que aunque no recordaran la respuesta correcta, en este caso “pera”, les viniera a la mente otra fruta y no una palabra que se pareciera léxicamente a la respuesta correcta como “pares”. Así, decir “manzana”, cuando en realidad la figura era una “pera”, acercó a los participantes a la respuesta correcta en pruebas posteriores, porque éstos recordaban sus conjeturas anteriores -equivocadas pero cercanas.


El aprendizaje por ensayo y error parece ser la clave para reforzar los conocimientos en curso, si nuestros errores están relacionados con la respuesta correcta pero también pueden dañar la memoriasi estas respuestas no están relacionadas lo más mínimo, según explican los autores.

“Hacer conjeturas al azar no parece beneficiar a la memoria después de la respuesta correcta, pero acercarse a la respuesta parece actuar como un trampolín para la recuperación de la información correcta - y este beneficio se ve tanto en los adultos más jóvenes como en los de más edad”, afirma Andrée-Ann Cyr, líder del estudio.


El artículo ha sido publicado en la revista Journal of Experimental Psychology





La obesidad acelera el envejecimiento del hígado

Esta es la conclusión del último estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (EEUU) y cuyos resultados se publican en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America(PNAS).

Los investigadores analizaron para su experimento varios biomarcadores hepáticos (incluyendo un biomarcador de envejecimiento, conocido como “relojepigenético”) en casi 1.200 muestras de tejidos humanos, incluyendo 140 muestras de hígado, con objeto de estudiar la relación entre la aceleración de la edad epigenética (todos aquellos factores no genéticos que intervienen en la determinación del desarrollo del organismo) y el peso corporal.


Los resultados revelaron que la obesidad no afectaba a la edad epigenética de músculo, grasa o tejido sanguíneo pero sí que lo hacía con el hígado. Por cada 10 unidades de índice de masa corporal (IMC) la edad del hígado aumentaba 3,3 años, descubriendo por primera vez que el estar obeso acelera de forma importante el envejecimiento de nuestro hígado. En los individuos delgados, el “reloj epigenético” mostraba la misma edad biológica en los tejidos que la edad cronológica.


Como ejemplo, una mujer que mide 1.67 centímetros y pesa 90 kilos, tendría un IMC de 33,3 y por tanto, sería alrededor de 3 años mayor que otra mujer con la misma estatura pero con 67 kilos de peso y un IMC de 23,3.

“Este es el primer estudio que evalúa el efecto del peso corporal en las edades biológicas en una variedad de tejidos humanos. Dada la epidemia de obesidad en el mundo occidental, los resultados de este estudio son de gran relevancia para la salud pública, ya que apoyan la hipótesis de que la obesidad se asocia con efectos acelerados de envejecimiento y subrayan, una vez más, la importancia de mantener un peso saludable”, explica Steve Horvath, coautor del estudio.

Comer una manzana al día previene la obesidad


Una manzana al día puede mantenernos alejados de la obesidad, según un nuevo estudio de la Escuela de Ciencias de la Alimentación de la Universidad Estatal de Washington (EEUU) y que recoge la revistaFood Chemistry.

Muchos estudios han constatado las bondades de las manzanas para nuestra salud pero, se trata de la primera vez que examinan de cerca cómo los compuestos bioactivos de las manzanas que no se absorben durante la digestión (como los polifenoles y la fibra dietética), afectan a las bacterias del intestino que no hacen sino reforzar el sistema imunitario y ayudar en el mantenimiento de nuestro peso.

¿Todas las manzanas producen este efecto? Según los investigadores, los efectos de estos compuestos bioactivos varían según las distintas clases de manzanas. Así, las manzanas Granny Smith (o manzana verde) superan a las variedades Braeburn, Fuji, Gala, Golden Delicious o Red Delicious McIntosh.

Para llegar a estos resultados, los expertos analizaron los compuestos bioactivos de siete variedades diferentes de manzanas para ver cómo afectaban a las bacterias intestinales de un grupo de ratones de laboratorio con obesidad inducida mediante dieta. Descubrieron que, en comparación con el resto de variedades de manzana, las manzanas verdes tuvieron el efecto más beneficioso sobre los ratones.

Un desequilibrio en las bacterias intestinales, determinadas por todo lo que comemos cada día, puede causar inflamación crónica que conduce a la diabetes pero, según el estudio, el restablecimiento de este equilibrio puede solucionarse consumiendo una manzana verde cada día.

“Sabemos que, en general, las manzanas son una buena fuente de estos compuestos no digeribles (fibra dietética), pero hay diferencias en las variedades. Los resultados de este estudio ayudarán a los consumidores discriminar entre variedades de manzanas que pueden ayudar en la lucha contra la obesidad”, afirma Giuliana Noratto, líder de la investigación.

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